Sabanalarga - Atlántico - Colombia

 

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ENSAYO SOBRE MONOGRAFÍA DE SABANALARGA (Página 9)
...continuación

ABOGADOS: Francisco de P. Manotas Hernández, primer titulado que tuvo la ciudad; Remigio Olivares, Pedro Mártir Consuegra, Félix y Arturo de los Reyes, Clemente Salazar Estrada, Nicolás Avelino y Manuel Manotas Hernández, Pedro A. Polo, Teodosio Moreno, Francisco de P. Manotas B., Clemente Salazar Mesura, Federico Castro Rodríguez, José del Carmen y Antonio Varela Salazar, Pedro Salazar Mesura, Martín Pimienta Lozano, Nicanor Manotas, Julián Llinás Manotas, Adán Polo C., Narses Manotas, Agustín y Celso Solano Manotas, Jorge Salazar, Juan Pablo Manotas, Alejo y Gustavo Solano Manotas, Nicolás y Julián Llinás Vega, Luis Eduardo Manotas, Aquileo Manotas, Pablo Emilio y Hernando Manotas, Evaristo Sourdís, Clemente Salazar Movilla, Ludovico Navarra, Leonidas Berdugo Sourdís, Claudio M. Blanco, José María Mercado, Gilberto Hoyos Ripio, Diego y Nicolás Llinás Pimienta, Adalberto Reyes Olivares, Hernán Berdugo B., Ramón Serge Ahumada, Gerardo González Navarra, Onofre Mendoza, Joaquín Villa Llinás, Manuel Manotas Manitas.

MEDICOS: Bonifacio y Francisco Salazar Estrada, Fabio Manotas Hernández, Manuel Salvador Manotas, Francisco Mendoza Primo, Nicolás Solano Manotas, Pablo A. Llinás, Vicente C. Mercado, Pedro Antonio Manotas, Nicolás Solano Velásquez, Carlos Manotas, Arnulfo Manssur, Jorge y Juan Pablo Llinás Olarte, Francisco Sudea Hoyos, Abel Blanco Jiménez, German Berdugo Sourdís, Eduardo Sourdís, Juan Estrada, Isaad y Emilio Bojanini, Cristóbal y José de J. Navarra, Antonio José Vargas, Enrique Celedón Manotas, Jesús María Álvarez, Ismael Cepeda, Carlos Adolfo Manotas, Fernando Mercado Fernández, Enrique Manotas Manotas, Sebastián Alcalá E. Entre estos se puede contar también los

BACTERIÓLOGOS: Enrique Salazar Solano y Guillermo Vargas Solano.

ODONTÓLOGOS: Antenor Moreno Manotas, Gerardo y Víctor Manotas, Enrique Villa Llinás, Roque Cepeda, José Martín Ripoll, Manuel Cuentas.

SACERDOTES: Pedro A. Manotas, Julián José Pertuz, Máximo Mercado y el padre Caicedo Vizcaíno.

PEDAGOGOS: José María Consuegra, José Martín Blanco Castillo, José Mendoza primo, José Antonio Cepeda y Cepeda, Milesio Mendoza primo, Julián Llinás Manotas, Raimundo A. Cepeda H., José Agustín Blanco Vázquez.

Prolijo seria enumerar los nombres de las personas que, nacidas en Sabanalarga, han sobresalido en artes u oficios a que se hayan dedicado, pues son muchas.

Tampoco queremos nombrar los que son nacidos en otros lugares, pero de familias oriundas de aquí, como son los doctores Manotas Wilches, Moreno Vives, Moreno Escobar, Julia Moreno, Castro González y mil más, pues queremos referirnos a los que aquí abrieron los ojos.

Y también tubo poetas de lírica excelsa y sentimental, romántica y anacreóntica. Leídos con deleite Cecilia A. Cepeda, Vespasiano Henríquez y Pedro Bahoque; últimamente Pedro Armengol Cuentas, el colgó la lira hace mucho tiempo.

En el pueblo se verificaban ciertos torneos entre versificadores de poesía espontánea, a los cuales se daba el nombre de cantos de guitarra.

En determinadas casas se reunían los cantores y al son melancólico de una guitarra la manera de los antiguos juglares españoles, versificaba cada uno una historia antigua, el argumento de una novela, o muchas veces discutían sobre astronomía, ciencias naturales y otros temas apenas conocidos por ellos. En estas competencias sobresalieron Manuel Varela Ariza, Manuel de Jesús Manotas y Manuel Dolores Salvarán.

Y hubo hombres excepcionales en distintas épocas que se empeñaron en el adelanto material de la población y otros en el bien de la humanidad. Entre los primeros tuvimos al sacerdote doctor Manuel Jacinto Villanueva, quien se propuso construirnos la iglesia de que carecíamos y levantó las paredes de la casa cural: el doctor Francisco de P. Manotas, quien hizo terminar las torres de la misma iglesia y construyo el actual palacio Municipal; don Luis Arévalo de virtudes públicas y privadas dignas de imitar, en su condición de alcalde construyó el camellón o paseo que hoy lleva su nombre, lugar que desde entonces ha servido de recreo y ornato de la ciudad; también construyo si mal no recordamos, el actual mercado público, hizo construir las defensas de la fuente medicinal llamada entonces vulgarmente de La Vaca Loca, y bautizada por él con el simpático nombre de fuente de las Mercedes.


Desgraciadamente, la desarborización de los contornos y el apisonamiento permanente en las partes altas de la fuente han endurecido las tierras haciendo imposible las filtración de las aguas fluviales. Hoy a desaparecido, privando a la población del beneficio de sus aguas medicinales sobre todo para las afecciones estomacales.

Entre los segundos se distinguieron, el doctor Francisco Salazar Estrada, médico eminente en su tiempo observador a cabalidad del juramento hecho al optar grado. Atendió sus enfermos sin tener en mente la situación social o económica del cliente. Ricos y pobres, Blancos y negros, poderosos y desvalidos, todos eran atendidos con singular concreción. Ni nunca enriqueció con los emolumentos de su profesión, ni ningún paciente dejo de comer un día por el fuerte pago de su curación.


Para él no existía sol caliente, ni noche oscura, ni lluvia pertinaz para atender al llamado de un paciente. En política fue conservador pero no godo; era el algodón colocado entre los dos vidrios de los rabiosos partidos políticos de la época. Tenía nexos con la mayor parte de la población por medio de compadrazgos y ahijados.


Y sin embargo, este hombre bueno fue sacrificado cobardemente dentro de su propia casa. En el calor de la Tragedia hubo sospechas sobre individuos a quienes la justicia no pudo confirmar la comisión del delito, y así el crimen ha quedado impune hasta hoy.


El tiempo, que ha medida que se hace mas viejo trae mayor serenidad al espíritu, nos hace pensar que en la muerte del doctor Salazar no hubo un delito político ni menos de enemistad personal.


Un hombre con las cualidades anteriormente dichas no podía nadie tener deseo de eliminarlo, primero por que él no era jefe político; políticamente no dirigía multitudes y antes bien era garantía para los del partido vencido; segundo porque no hubo noticias que tuviera enemigos velados o descubiertos.


Esto nos hace llegar ala conclusión de que los asesinos del doctor Salazar fueron personas interesadas en robarle; suponían que él tenía tesoros guardados, proveniente de su profesión y de algún empleo( fue prefecto y alcalde). Vivía solo, y al entrarse ellos a la casa, pudo él haberlos reconocido, y esta situación difícil pudieron creer que era mejor eliminarlo, antes que viniera la denuncia y el consiguiente castigo.


Si al asesino lo lleva una mira política o personal, no carga a cuesta un baúl que podía inspirar sospechas, pero sí lo hacia un ladrón porque ese había sido el objeto que lo había llevado allí. Hay otro incidente que nos confirma en nuestra conciencia.


En una noche buena en momento en que se celebra la misa y el doctor Salazar estaba atendiendo un enfermo, hubo una tentativa de robo en la misma casa la cual fue denunciada por una señora que la cuidaba; a los gritos de ésta acudió la gente de la plaza y los ladrones huyeron.

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