Sabanalarga - Atlántico - Colombia

 

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ENSAYO SOBRE MONOGRAFÍA DE SABANALARGA (Página 10)
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..continuación

Otro hombre tan bueno como el pan del cielo fue el padre Moisés María Gómez. Nació pobre vivió pobre y por consiguiente sabía apreciar la pobreza de los demás. Amó a Dios sobre todas las cosas y al prójimo más que a sí mismo. Nadie le buscó que no lo encontrara aún con perjuicio de su propia necesidad.


No conoció las pasiones por lo que nunca fue poseído por la soberbia, el odio y la ambición. El divino maestro sintió soberbia alguna vez, el padre Gómez no, tal vez porque a su templo no se acercaron los mercaderes y fariseos.

Duró treinta años como oficiante de la parroquia y cuando tuvo que alejarse de ella porque le aquejaba grave enfermedad, lloraba como un niño agobiado por la nostalgia que le producía el recuerdo de la tierra que tanto quiso y que tanto le quería. Su vida fue ejemplo que convencía para aspirar al reino de Dios.

Allá por los años de 1868 a 1870 se fundó el primer periódico, su nombre que no recordamos, era romántico como todos los esa época y dedicado exclusivamente a los asuntos literarios; escribían en el jóvenes de ambos sexos, entre los cuales se encontraban José del carmen Varela, después gran escritor y redactor de La Prensa Libre de Panamá; Clemente Salazar Mesura fundador y redactor más tarde de El Comercio de Barranquilla.


Octavio Henríquez Valverde, muerto prematura y trágicamente en su cacería; Camilo Moreno, Pedro Sudea, Ana Clara Durán, Eva y Emiliana Moreno, Cristina Varela, Belarmina Henríquez, Constancia Polo y algunas más.

Estos periodistas encierne construyeron un teatro provisional en el solar de la casa de don Nicolás Llinás, hoy teatro Nazareth y daban representaciones de dramas y comedias de la época, bajo la dirección de un señor Pimentel.

Muchos periódicos se han fundado después pero ninguno ha logrado pasar de la primera infancia. En el año de 1883 y el de 1884 redactaron en Cartagena los jóvenes estudiantes Avelino Manotas A. y Julián Llinás Manotas el periódico El Guttemberg, el cual apoyaba la candidatura del doctor Francisco de P. Manotas para presidente del estado soberano de Bolívar en contra posición a la del doctor Manuel Laza Grau.


Al venir la época de las vacaciones estudiantiles trasladaron el periódico a Sabanalarga, pero su tiraje se hacia en Cartagena. La dificultad en los viajes a esta ciudad pues se empleaban hasta ocho días, por lo malo de los caminos hacía extemporáneo las publicaciones.


Esto y la guerra que se vino encima en los últimos días de diciembre de 1884 originaron la suspensión del periódico. En 1886 los mismos jóvenes Manotas y Llinás en colaboración con otro joven estudiante Habacue Castro Rodríguez publicaron La Razón periódico político de oposición al nuevo gobierno y enseguida con el mismo fin redactó Pedro Carbonell Roca, La Voz del Pueblo con este nombre se bautizó la primera tipografía existente en Sabanalarga.


En los últimos días del siglo pasado (1895) apareció El Progreso Periodiquillo literario redactado por Juan Martínez, Roberta carbone Pérez y Arístides Manotas. En los años 1913 , 1914 y 1915 redactó Diego Llinás Manotas La Nueva Era; fue el periódico que hasta entonces tuvo mejor presentación y el mejor servicio, siendo así que tenía imprenta propia. A este último siguió El Impulso dirigido por Joaquín Villa Llinás y Arturo Mendoza.


Luego vino El Obrero de Abel del Portillo, órgano del campesinado. Últimamente redactó Manuel Ignacio Osorio a Luces y Julio Héctor Arévalo a El Escolar, el cual cambio su nombre llamándose hoy Justicia.

Algunos colegios de segundas letras se han fundado en esta villa. Parece que los mejor organizados han sido, el de don José María Consuegra, montado todavía con muchos rezagos coloniales, frecuentes latinajos, gramática de la academia española con su difícil conjugación de los verbos en sus tiempos de pretéritos perfectos , imperfectos y pluscuan- perfectos, bastante doctrina del padre Astete, etc. y todo a pura memoria; el colegio Pertuz este si tuvo todas las modalidades que la pedagogía y las leyes del país aconsejaban en esa época, dio magníficos frutos que todavía perduran; fue su fundador el doctor Julián Llinás Manotas y con él colaboraban distinguidos profesionales de la ciudad.


Lastima que la situación económica no le hubiera permitido mayor duración. Don Milesio Mendoza Primo fundo el Colegio Santander;este tuvo alguna duración y muy buenos resultados educativos, pero económicamente, como el anterior se impuso la suspensión.


Sus directores podían tener mucha voluntad para la enseñanza pero era imposible llegar a un modus vi vendí. Ya en el año 1914 fue abierto el Colegio de Sabanalarga instituto oficial que ha venido señalando rumbo intelectual a las últimas generaciones de la ciudad, y que en virtud de sus resultados, sus estudios han sido reconocido por el gobierno nacional.


No dejó de tener importancia la antigua escuela de don Roque Sobrino; a él eran encomendados los muchachos desaplicados o de instintos más o menos perversos pues practicaba el antiguo decir español: La letra con sangre entra y el zurriago jugaba tanto papel como la A y la Z.

LAS FIESTAS: primitivamente Sabanalarga no tuvo sino tres fiestas populares: La de navidad, la Semana Santa y la de San Antonio, patrono este de su fundación y tanto es así, que en documentos de hace dos siglos poco más o menos el nombre de la población naciente era San Antonio de Sabanalarga. Más tarde fueron establecidas y aceptadas la fiesta de Nuestra Señora de las Mercedes y las del Carnaval.


La de Nuestra Señora de las Mercedes fue instituida por doña Marina Llinás de Manotas, la cual era devota de la virgen de este nombre. Ella hizo traer de Popayán la imagen de la virgen que duró hasta hace pocos días; la vistió de costosísimos mantos y la adornó y la adornó con ricas joyas. Costeo anualmente las fiestas que se hacían en su honor. Después de su muerte el pueblo, acostumbrado a dichas festividades la tomó por Matrona y a costeado su fiestas hasta e día de hoy.


Las fiestas del carnaval vinieron a Sabanalarga muy avanzado ya el siglo XIX. Tal vez inmigrantes italianos, franceses o sevillanos las implantaron en Santa Marta. Con la apertura del puerto de Sabanilla disminuyo el comercio de aquella ciudad y muchas familias de la nobleza samaria pasaron a vivir a Barranquilla.


Esta trajeron el carnaval el cual ha ido haciéndose cada día más popular y afamado en el país. De Barranquilla pasó a esta ciudad en donde también todavía se festejan, aunque con menos animación y más fin utilitario.

 

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