Sabanalarga - Atlántico - Colombia

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HIstoria de la fundacion de Sabanalarga Atlantico 1744

 

 

RESEÑA HISTÓRICA

A continuación le invitamos a seguir con la lectura del siguiente artículo escrito por Don Aristides Manotas para el año de 1954.

 

"Memorias sobre el pasado de Sabanalarga"


Digitalizado para la WEB por: Carlos M.Reyes Vega
Sabanalarga1966@hotmail.com

Observación: Este articulo contiene 17 páginas.

 

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La arqueología ha sido la principal fuente para el conocimiento de la prehistoria americana, pero para la región que hoy ocupa el Departamento del Atlántico, puede asegurarse que nada nos ha dicho todavía. No conocemos concretamente las costumbres generales de nuestros antepasados los indígenas de esta región .

La tradición, que es otra fuente que nos puede llevar al conocimiento de lo desconocido, no obstante que muchas veces tuerce el curso de la historia, apenas tímidamente se atreve a levantar el vuelo que cubre la existencia de nuestros antepasados; así que, sólo a ella nos atendremos en el presente ensayo.

En toda esta comarca sólo dieron muestra de ser dignos descendientes de los indómitos caribes, los malambos y los turbacos; otras tribus como los pihones o cipacuas recibieron a don Pedro de Heredia con gran placidez y hasta ayudaban a este en la conquista de los demás pueblos que pudieran resistir.


No sabemos si en lo que es hoy Sabanalarga hubo cacicazgos, o si sus habitantes eran habitantes del Piohón (Piojo) , o del cacique Chacurí, que dependía de aquél.

Más que probable en su dependencia de Piohón, pues éste dominaba por el oeste hasta el mar, por el norte hasta los dominios de los cipacuas, por el este es probable que llegara hasta los malambos, por el sur hasta la ciénaga del Guajaro, en donde tenían un adoratorio.

En todas las religiones indígenas fue el agua elemento indispensable para su origen y funcionamiento: el lago Texcoco para los Aztecas, el Tequendama para los Chibchas, el lago Titicaca para los Nezcas: asimismo para nuestros indios fue la Cienaga del Guajaro.


En un lugar de sus orillas todavía existe una gran peña o piedra, la cual servia de mesa para los sacrificios. En determinadas épocas, allí era el lugar de cita a la cual asistían las tribus cercanas y aún bastante lejanas, y en esas reuniones deliberaban sobre sus asuntos internos y se hacían transacciones de trueque. Más tarde los pescadores fundaron la población hoy llamada la Peña.

Después de la pesca, la agricultura y la caza, industrias naturales para vivir, no se tiene noticias de que se valieran de alguna otra que llenara la s necesidades del trueque con las tribus comarcanas.


Sin embargo, deja suponer que hubiera, el hecho de que careciendo la región costanera de esos departamentos de minas de metales preciosos, fueran tan abundantes los objetos fabricados con estos metales, como lo prueba el reparto del botín hecho por don Pedro de Heredia en su expedición en lo que hoy es Departamento del Atlántico, el cual fue considerado como uno de los mayores obtenidos en toda la América: Millón y medio de ducados de oro.

En ninguna parte se ha logrado conseguir las famosas guacas del finzenú, ni siquiera en menor escala, y solo en algunas partes la erosión de la tierra ha presentado modestas ollas y mucuras o botijas llenas de arena y residuos de baratijas de las traídas posteriormente por los Españoles.

Nada concreto se sabe sobre la fundación de Sabanalarga; la tradición la remonta hacia el siglo XVII.
Se ha venido hablando de siete campesinos: Lucas y Dionisio Tesillo, Marcelino de Jesús, Diego de Almansa, Placido Ortega, Joaquín Figueroa y Carlos Orozco, quienes establecieron sus predios en estos lugares por demás feraces, apenas por rozar, y cuyos apellidos es cierto que todavía subsisten en el lugar.


Empero de donde vinieron esos campesinos? Algunas versiones aseguran que ellos primero sentaron plaza en La Cruz Grande, lugar ubicado en el camino real de Cartagena a cinco Kilómetros de esta ciudad, entre las encomiendas reales de San Jacinto y Maná, pertenecientes, la primera al Dr. José María del Real, y la segunda a don Bruno de Cueto, Vecinos ambos de Cartagena.


En ese lugar que mas tarde fue posesión del señor Eudoro García, se veían restos de antiguas viviendas, consumidas por el fuego de las quemas, a ras del suelo. Ni nada de raro tenían estos establecimientos, pues ellos se encontraban en la vía que comunicaba a Cartagena con los pueblos ya establecidos a orillas del río.

Continuando tradiciones o leyendas sabemos que las primeras habitaciones fueron construidas en lo que hoy es avenida Bolívar, en donde hace esquina con la calle Antonio Nariño, antes Hatillo.

Como en todo pueblo que comienza, se notan irregularidades peculiares: la calle se formó en forma de plaza y de oriente a occidente; la cuadra que sirvió de foco o centro, los callejones que la circundan no tienen salida, pues se cierran en ángulo recto.


Estos callejones, hoy deshabitados, tuvieron hasta principio del presente siglo, no menos de diez casas. En lo que hoy es la casa de Francisca Cepeda existió un pequeño hato de ganado, y como consecuencia, la calle que ya tomó la dirección de Norte a sur, recibió el nombre de EL HATILLO.

La población se extendió rápidamente hacia el sur. Los habitantes de los pueblos vecinos atraídos por la fertilidad de sus tierras, sus selvas vírgenes y pastos naturales, acudieron a formar en ella sus domicilios y así contribuyeron a hacer la población más importante de la región.


Campo de la Cruz y Santo Tomás, poblaciones más antiguas, habían sido consideradas por el gobierno colonial como cabeceras del cantón, pero por el crecimiento y adelanto de nuestra población, el mismo gobierno segregó a Sabanalarga del cantón de Campo de la Cruz, y creó el Cantón de Sabanalarga, con cabecera en esta población, el 15 de Junio de 1744.

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